Rubí: De Ex Convicta A Sugar Baby – sharing_sugar

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By: Sandra agosto 21, 2020

Rubí: De Ex Convicta A Sugar Baby

Un día estás arriba, al otro estás abajo, y de repente, la vida se alinea a su orden original y vuelves a estar en la cima. Los altibajos de la vida son una constante natural de este mundo, y a veces es imposible creer cómo puedes cometer un error fatal o un acierto magnífico con tan solo una decisión en un segundo. 

Mi nombre es Rubí, tengo 30 años al día de hoy, y me gustaría compartir mi experiencia sobre cómo es ser una Sugar Baby para mostrarle al resto de las personas cómo cuando se juzga a los demás tan a la ligera, dejamos de lado tantas cosas importantes, los motivos y las ilusiones que hacen a una mujer decidir ser una Sugar Baby.

Está de más decir que las motivaciones de cada persona son distintas, cada quién vive su propia historia y a su propia manera; yo particularmente puedo decir que fui muy cabeza dura en mi adolescencia y que cometí errores muy grandes, los cuales tuve que pagar con creces, ya que a raíz de uno de mis malos momentos cometí un crimen menor, y fue así como tuve que pagar condena 6 años en la cárcel de mujeres.

Estaba cerca de cumplir los 18 años por lo que en ese momento fui juzgada como mayor de edad, y en esta historia me quisiera ahorrar los sórdidos detalles que implican estar en la cárcel, solo puedo decir que nadie que haya estado ahí alguna vez la pasó bien, por mínimo que sean las bajezas que se viven en la cárcel de mujeres, es uno de los peores lugares del planeta, al que no pienso regresar jamás. Sobreviví a ese enorme bache de mi vida. 

Cuando salí del infierno al que llaman cárcel, ya tenía encima 24 años, un poco más fuerte y madura a consecuencia de la espantosa experiencia, pero todavía venía un obstáculo más: la reinserción social. Creo que en este sentido el dolor de cabeza más grande es ser juzgada por los demás, es la otra condena que debes pagar al salir de la cárcel de mujeres. 

Muchos miembros de mi familia continuaban enojados conmigo por mi garrafal error, (sobre los cargos, me los quiero ahorrar de contar al mundo, por mi privacidad, pero créanme que no lastimé a nadie, mi mayor consejo para los demás es que aprendan a elegir bien a sus amistades y digan NO a los malos consejos y huyan de un mal escenario, obedezcan a su sentido común antes que las malas amistades). En fin, tuve que vivir el rechazo de las personas una vez fuera, y sin una carrera universitaria o algún oficio definido, mis opciones laborales y de buen salario aunado a mi historial criminal , se reducían casi a nada o a lo más bajo. 

La frustración era enorme, llegué a sentir que no tenía salida y que en esa ocasión tal vez tenía que delinquir nuevamente, pero esta vez sería con conciencia de lo que hacía, me avergüenza contarlo, pero estas ideas sí cruzaron por mi cabeza en más de una ocasión. Sin embargo, y para mi gran fortuna, nunca fue necesario volver a caer a ese agujero negro. 

Mientras trabajaba como mesera en un restaurante de mariscos cerca de la casa de mis padres, cuando mi tiempo se agotaba para mudarme, ya que ellos me apoyaron un tiempo, pero me dieron fecha límite para mudarme e independizarme, con todo el estrés corriendo por mis venas por emprender el vuelo, de repente, en el momento menos esperado, conocí a mi Sugar Daddy

Este señor atractivo y con un gran porte, venía cada miércoles al restaurante, siempre pedía primero una cerveza, ojeaba el menú y pedía casi siempre lo mismo de comer; siempre tan amable y también con su buena costumbre de dejar una generosa propina. Yo nunca me habría imaginado que él se sintiera atraído por mi, soy de buen ver, pero al pasar algunos años en la cárcel de mujeres olvidas el glamour y mirarte al espejo con amor, a veces, hasta tú misma olvidas que eres una persona. 

Mi Sugar Daddy me regresó la vida de muchas maneras; desde que lo conocí mi vida se reorganizó y encontré nuevamente el cauce del río. Muchas personas juzgan fácilmente a las mujeres que tomamos la sabia decisión de ser una Sugar Baby, pero como podrás ver en mi caso, esta ha sido la decisión más acertada y emocionante que he tomado en mi vida, sin dejar de lado que representó la solución a mis problemas. 

Aún recuerdo cómo me sentí ese día que mi Sugar Daddy me invitó a salir por primera vez, de quien por respeto a su privacidad prefiero ahorrarme el decir su nombre; ordenó su comida como de costumbre, yo tenía 4 meses siendo su mesera cada miércoles, hasta que esa tarde me preguntó sutilmente si podía invitarme a salir, recuerdo que en lugar de sentirme ofendida me sentí muy halagada y especial.

Yo dije que sí, me tomó por sorpresa, pero fue muy agradable la invitación, y fue entonces que recordé cuánto tiempo había pasado desde que había tenido un momento de diversión; mi día de descanso era el jueves, por lo que al día después de esa invitación esperaba con muchas ansias encontrarme con este señor. Jamás imaginé que él quisiera ser mi Sugar Daddy, que quisiera apoyarme y que ya tuviera esto en mente. 

No tenía idea que él ya sabía casi todo de mí, cuando yo sabía nada de él, pues era amigo íntimo del dueño del restaurante y éste le compartió toda la información que pidiera sobre mi. Fuimos ese jueves a comer a un lugar muy bonito y elegante, yo por supuesto estaba nerviosa y no sabía cómo comportarme, y mi mejor jugada en ese momento era solo ser yo misma, sin pretensiones. 

Me explicó todo sobre el Sugar Dating, y me propuso tener una relación de este estilo, me contó que tenía un matrimonio básicamente acabado, que no dormían en la misma cama desde hacía años, pero por las apariencias y los hijos no se divorciaría tal vez jamás, pero que ambos hacen sus vidas en lo individual a espaldas de los conocidos y familia.

A mi de momento me pareció de mal gusto y pensé que esto es lo que todos los hombres dicen, este cuentito está por mucho socavado y rebuscado. Pero igual, ¿quién era yo para juzgar? Yo necesitaba una aventura en mi vida, emoción, alegrías, compañía, etc, y honestamente acepté más por esas razones que por el beneficio económico, siendo que realmente necesitaba el dinero; la idea de compartir parte de mi vida con una persona me hacía mucha ilusión. 

Nunca imaginé que ser una Sugar Baby traería demasiados beneficios a mi vida, especialmente por mi pasado en la cárcel de mujeres. De inmediato mi vida se tornó de diversos colores, fui de un extremo al otro. Volvía a estar arriba, pero esta vez más sabia. 

Al mes de haber iniciado nuestra relación me rentó un lindo departamento, tal vez no era la cosa más lujosa del mundo, pero para mi era todo, absolutamente todo, mi hogar. Por supuesto que soy una persona que sabe apreciar la vida, tal vez después de todo, pasar un tiempo en la cárcel de mujeres te hace valorar los aspectos más sencillos de la vida exterior.

Recuerdo con mucho cariño, una vez que mi Sugar Daddy me llevó de viaje a España, él era un hombre de negocios y antes de eso arregló con un abogado de migración todos mis papeleos necesarios para regular mi documentación para el pasaporte. Nunca olvidaré esa emoción que sentí cuando estábamos abordando el avión, y al momento de aterrizar. 

En ese viaje no hubo tanta emoción como en los siguientes viajes que hicimos, ya que esa ocasión su principal motivo eran negocios, era un viaje de trabajo, pero me invitó porque quería salir de la rutina un poco y quería compartir conmigo ese momento. Fueron 5 días de romance y diversión, salimos poco a recorrer las calles de Madrid, para mí era la maravilla, para él nada nuevo, pero se notaba feliz al ver mis ojos deslumbrados por el entorno. 

Viajamos mucho por México, y algunas veces fuera del país. Si me lo preguntan, es una de las mejores experiencias que he tenido a mis 30 años. Ser una Sugar Baby abrió las puertas de un bello aspecto de la vida que desconocía por completo, es incluso aún muy gracioso para mí recordar cómo fue la primera vez que mi Sugar Daddy me introdujo a este estilo de vida, yo desconocía completamente todo esto, ¡pero qué afortunada me siento por haber sido parte de esto!

A pesar de que él se encargaba de mis gastos, yo seguía trabajando en ese lugar, porque quería ahorrar dinero; en ese momento aún no tenía muy claro lo que quería hacer de mi vida, pero sé que para lo que sea se requiere de dinero. Y en cualquier momento encontraría mi razón de ser. 

Él siempre me decía que admiraba mis ganas de querer salir adelante, y que por eso era muy grato apoyarme con lo que necesitase para lograr mis metas, las que fueran. En la cárcel de mujeres aprendí sobre panadería y repostería, y mi Sugar Daddy me sugirió hacer algo con esos conocimientos, y le tomé la palabra. 

Tomé un curso de 1 año y medio en una escuela, para Técnico en Gastronomía. Y mi Sugar Daddy me apoyó con todos los gastos, así como también me facilitó todos los recursos para abrir mi propio negocio de servicio de banquetes, me fue muy bien con ese negocio, los fines de semana eran mi fuerte, y contraté a una persona para que me apoyara porque sola no me daba a basto. 

Tengo muchas historias que compartir sobre mi experiencia de ser una Sugar Baby. Sé que hay mucha gente escéptica del Sugar Dating, pero las personas que lo hemos vivido por cuenta propia, sabemos que nada de esto es falso, y que puede ser un impulsor para alcanzar tus metas de vida. Mi caso solo es uno de cientos de miles en el mundo y en México. 

Nuestros viajes solían ser muy frecuentes a Tijuana y Ensenada, ya que él tenía negocios en esos sitios y en esos viajes, solíamos tomarnos algunos días para recorrer la Baja, de verdad que son unos paisajes tan hermosos, me quedé tan enamorada de esta zona que una vez que mi Sugar Daddy pasó a mejor vida, yo me mudé aquí, a Tijuana porque me encanta y porque tengo los mejores recuerdos de mi vida hasta hoy en este sitio. 

No tengo cercanía con mi familia pero he hecho muchas amistades de todas partes ya que por ser un lugar turístico hay mucha variedad de personalidades y razas. Mi negocio de banquetes dio un salto a mejor en Tijuana y Rosarito, especialmente por las bodas, dejan mucho dinero. Y mi cafetería, ambos me dan lo suficiente para vivir dignamente. 

Esa hermosa relación que hoy cuento, duró alrededor de 4 años, terminó porque tristemente falleció de cáncer, en su momento me dolió muchísimo, llegué a amarlo y siempre estaré eternamente agradecida con él, fue la persona que más me ha ayudado en la vida, y me dejó la posibilidad de una buena vida, él puso los recursos y yo hice mi parte también. 

Hace 1 año abrí otro negocio, un bar, ya sé, es algo diferente a mi negocio original, pero deja mayores ganancias y es agradable, nada vulgar, va empezando y espero tener éxito en este también. Estoy considerando la idea de estudiar Administración de empresas, ya que terminé la preparatoria en la cárcel de mujeres, debería continuar mis estudios, muy posiblemente lo haga una vez que mis finanzas se estabilicen más. 

Estoy muy contenta con con el modo en que mi vida cambió para bien. Logré ser parte de la sociedad como una persona de bien, y todo gracias a mi Sugar Daddy; la vida es para los que toman las oportunidades en el momento y yo lo hice. Así que, espero que mi experiencia te sirva para darte una mejor idea de las maravillas que implican ser una Sugar Baby y que de acuerdo a tus circunstancias será la vivencia pero ten en cuenta que siempre te beneficiará.  

Estas relaciones son de dar y recibir, y aunque sólo he tenido una única relación de este tipo, considero que aprendí todo lo necesario al respecto. No considero que el amor no juegue parte de esto, por el contrario, creo que el amor y el respeto mutuo es indispensable en cualquier tipo de relación y esta no puede ser la excepción; el compromiso también es importante. 

Sé que hay chicas que tienen más de un Sugar Daddy a la vez, y las respeto, ellas así se sienten cómodas y felices; yo personalmente soy más una persona monógama, y disfruté mucho mi compromiso con mi Sugar Daddy. Cada momento que pasamos juntos valió mucho la pena, y gracias a esa relación hoy soy la mujer que soy; a él le debo haber logrado salir adelante y crecer en un momento en el que me sentía desesperanzada. 

Aprendí que la ayuda y la bondad humana puede venir disfrazada de un Sugar Daddy. Actualmente no tengo una relación amorosa, pero tampoco estoy cerrada a esa posibilidad. Afortunadamente soy independiente ahora y qué curioso, quién lo diría, necesite de esa ayuda para lograr ser independiente; creo que a veces somos tan orgullosos los humanos como para exigirse mucho a sí mismos, y cometemos el error de creer que salir adelante sin ayuda de nadie es mejor, y no, no es así, como en mi caso, para mí es muy grato reconocer y sentirme agradecida con esta persona por haberme ayudado mucho y parte de mi logro es suyo. 

No sé si más adelante vaya a conocer a otro hombre como el, o si vuelva a tener un Sugar Daddy, no lo creo por mi edad, ya no soy la chica veinteañera, mi tampoco busco apoyo de nadie, como dije, hoy soy auto suficiente, pero estoy segura de que mi siguiente relación será plena porque mi estado de ánimo es óptimo, me amo a mí misma y soy realmente feliz con la vida que tengo, y sé que estos elementos son necesarios para ser parte de una relación amorosa. 

Yo soy una persona pro Sugar Dating al 100% porque con mi experiencia personal pude probar que una relación de este tipo puede traer muy grandes beneficios, aunque igual, creo que es importante recalcar el hecho de que para que algo productivo salga de todo esto, se requieren de las ganas de crecer al ser una Sugar Baby, lo importante es preguntarse una misma ¿Qué espero de esta relación a futuro? Tener muy claro tus metas y disfrutar al mismo tiempo, porque vida, sólo hay una.

Así que sí, si me lo preguntarán volvería a hacerlo nuevamente, sin cambiar absolutamente nada. Ser una Sugar Baby fue mi haz bajo la manga para alcanzar mis metas personales.

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