Mi nombre es Victoria y actualmente tengo 19 años. La siguiente historia no la comparto muy seguido con las personas.
No por vergüenza o intentar ocultarlo, simplemente el tema nunca se presenta sin embargo lo que aprendí lo llevo presente todos los días y quería compartirlo para ayudar a chicas en mi situación. Todo comenzó cuando fui de visita a La Ciudad de México con el objetivo de pasar más tiempo con mi hermano ya que desde el divorcio no lo veo tan seguido como quisiera.
Es importante mencionar que mi hermano es del primer matrimonio de mi padre y por ello es mucho mayor que yo.
El primer día ahí me presentó a sus amigos en una fiesta del trabajo aunque todos se veían mucho más grandes todos fueron muy amables y me hicieron sentir bienvenida. Fue ahí cuando conocí a Santiago. Alto, guapo, con un increíble sentido del humor y exitoso en su trabajo.
Por esas y más razones me extrañé cuando me contó que llegaba 4 años soltero. ¿Un hombre encantador de 41 años que parecía sacado de una película ¿ era soltero?
No había manera que fuera posible una gran curiosidad me motivó para investigar más de él y si lo que me decía era cierto. Después de intentar sacarle información a mi hermano de su amigo y de muchas visitas a su Instagram y Facebook llegue a la conclusión de que el motivo de su soltería estaba ligado a su éxito profesional.
Trabajaba más de 12 horas al día y su pasión por su trabajo y viajes de negocios no le dejaba mucho espacio al aspecto romántico.
No podía evitarlo pero me sentí un poco mal por su situación, después de unos tragos en la fiesta y algunas cervezas de parte de él le ofrecí mi compañía en forma de broma y medio jugando para los futuros eventos de la empresa a los cuales va solo.
Pero como bien se dice entre broma y broma la verdad se asoma y terminó invitándome a una cena durante la siguiente semana con el motivo de que me explique más sobre su trabajo (como director del área de Comercio Exterior de una empresa conocida en México) ya que estoy estudiando lo que él estudió en la universidad ( Negocios internacionales).
Llegó el día esperado y okay, estaba confundida no sé qué tipo de salida o cita era esta. No sabía si era una romántica, de amigos o de negocios pero sin dudar alguna estaba nerviosa y algo ansiosa.
Llegó el día y quedamos en vernos ahí ya que el iría saliendo del trabajo sin embargo como no tengo auto y mi hermano estaba ocupado le comenté esto a Santiago (que me iría en Uber) pero él se negó y llamo a su chofer para que pasara por mí.
Que elegancia era lo único que pensaba y una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro al pensarlo. Llegue al restaurante y al poco tiempo llegó el pidiendo disculpas por el retraso.
Hablamos por horas y de todo un poco. Pensaba que la diferencia de edad pondría barreras tanto en la comunicación como en los gustos pero fue muy enriquecedor ver su punto de vista sobre las cosas y su experiencia hacía todo más interesante.
Llegamos al tema sobre relaciones y le comenté que no quería un novio ya que es muy complicado y he visto a mis amigas sufrir mucho por amor lo cual lo considero innecesario. El me comentó que no tiene novia sin embargo sale ocasionalmente con chicas para llenar el sentimiento de conexión.
Me sorprendí pero no tanto y jugando le dije “oh como, ¿un mujeriego, que solo busca sexo?” Él respondió que para nada que ver ya que un mujeriego tiene sexo sin conexión y él tiene conexiones sin tener sexo necesariamente.
Al principio me parecía una gran estafa y pensé que solo quería pasarse de listo sin embargo poco a poco me explico cómo era más un intercambio más que una relación.
Él proporcionaba algunos lujos y regalos a cambio de citas y conectar con chicas. ¡ wow! ¿Un sugar daddy? Pensaba que solo era una leyenda urbana, sin embargo Santiago me afirmó que era más normal de lo que me pensaba y era un buen intercambio basado en la comunicación y respeto mutuo. Me parecía algo nuevo y emocionante y le pregunté cómo se entraba a ese mundo.
El mencionó algunas redes sociales especiales para ello y eventualmente me preguntó si estaría interesada a lo cual dudosamente dije que sí. Pasaron las semanas y todo era perfecto. Salíamos a museos o a ver películas, charlábamos y a cambio me ofrecía todos los regalos y presentes que deseara. En un mes aprendí las siguientes cosas y espero que les sirva:
1. No hay nada más importante que la comunicación, dejamos en claro que no tendría sexo con él y Santiago lo respeto a la perfección. Así que si no quieren hacer algo lo más importante es poner las cartas sobre la mesa y nunca hacer algo con lo que no estés cómoda o pienses que te arrepentirás.
2. Los nervios son temporales, la primera cita oficial como sugar baby fue al cine y aunque principio no sabía cómo actuar solo me tuve que recordar ser yo misma y dejar las cosas fluir (nunca ser o hacer cosas que no van con mi personalidad o fingir ser alguien que no soy) los nervios disminuyen conforme conoces a la persona y llega un momento en el cual estas tan cómoda que olvidas que es un intercambio.
3. No todos lo entenderán, bien es dicho que como sociedad solemos criticar y temer a lo que no conocemos y es muy cierto ya que aunque algunas personas lo ven mal no es nada más que otra relación y conexión humana basada en respeto y comunicación para un bien. Así que no te preocupes si las personas a tu alrededor no lo entienden la única persona que debe estar de acuerdo con la relación eres tú, él y nadie más.
En conclusión ser un sugar baby es una gran experiencia en la cual aprendes más sobre ti misma y tus límites, es una gran manera de conectar y ver otros puntos de vista. No solo hay beneficios de crecimiento personal sino también material.
Mi closet se agrandó casi el doble ya que por cada salida recibía aproximadamente $ 5000 pesos y tuve la oportunidad de comprar detalles que siempre quise pero estaban fuera de mi presupuesto como estudiante tales como maquillaje de sephora, ropa y hasta el nuevo perfume que tanto quería “ Good girl” de Carolina Herrera.
Sin contar los detalles extras que me compraba cuando salíamos como un nuevo par de vans y todos las golosinas y antojos que me apetecieran.
Lamentablemente me tuve que regresar a mi ciudad (Mérida, Yucatán) ya que la escuela comenzaba pronto pero sin duda fueron dos meses que no cambiaría por nada. Un pequeño consejo es que tengan confianza en sí mismas y si saben lo que quieren vayan por ello.
Para preguntas o comentarios, Contáctenos.